jueves, 17 de enero de 2013

RETROSPECTIVA ACTUAL DEL SECTOR OLEICOLA ESPAÑOL

Recientemente, España ha alcanzado el liderazgo como mayor exportador mundial de aceite de oliva durante la campaña 2011-12 con 825.000 Tn. Además dominamos con gran holgura la producción mundial, con una cifra media de 1,23 millones de Tn en las últimas cinco campañas, aunque la última campaña se ha producido una mala cosecha reduciéndose hasta en un 80% su producción. Muy lejos se sitúa en segundo lugar, Italia con una producción media de 482.000 Tn, cifra muy similar a la producción de la província de Jaén, la mayor región productora de aceite de oliva del mundo. Sin embargo, a pesar de dichos datos tan favorables, se ciernen serios problemas difíciles de solventar, dado su carácter estructural y no meramente coyuntural, presentados como un desafio para la supervivencia de un sector estratégico y con carácter social en España y concretamente en Andalucía, como son:

1) Estancamiento del consumo de aceite en España desde 2008 por debajo de los 10 litros por persona y año. El gasto se ha visto reducido de 28,4 € a los 23,8 € por persona y año en 2011. Profundizando en un nivel inferior, resaltamos como alarmante, el consumo de oliva refinado duplica el del virgen extra según el Anuario de Mercasa. Dicho Anuario refleja también una evidencia futura preocupante, el consumo de aceite de oliva es más alto en aquellos hogares con personas mayores de 65 años. Según Jesús Martínez, director de MFAO de Jaén, " En los últimos ocho años el consumo del mercado español de aceite de oliva se ha estabilizado entorno a las 550.000 Tn anuales, mientras que en ese período las exportaciones se han duplicado". Este último dato podría parecer positivo en un principio, pero realmente no lo es por  el siguiente dato.

2) El 50% del aceite de oliva que exportamos tiene como destino Italia, principal competidor. Dentro de dicha cantidad, el 75% es aceite a granel y lo que es más grave y deberían tomar cartas en el asunto en las más altas esferas comunitarias, dicho aceite a granel es envasado y etiquetado como producto originario de Italia.

2) Escasa rentabilidad de los olivicultores, donde un estudio realizado por AEMO, destaca que el 75 % superfície olivarera española se encuentra en pérdidas. En los dos últimos años, los costes han superado a los ingresos compensados únicamente por ayudas.

3) La inminente Reforma de la PAC - seguramente no pueda aplicarse a principios del 2014 - cuya tendencia es la reducción paulatina tanto del primer tramo como del segundo, desde el 24% en 2000-2006 al 19% en 2014-2020 del presupuesto comunitario, introduciendo conceptos tan controvertidos como  greening . Para hacerse una idea, según aparece en el borrador, aparece una disminución del 75-80% de ayudas a las pérdidas asignadas por hectáreas, pasando de 630 €/Ha a 150 €/Ha. Todo ello supondrá pasar a recibir 175 mill € en vez de  800 mill € que se recibe actualmente en Andalucía, provocando una pérdida de más de 600 mill €,  castigando aún más si cabe la maltrecha economía de los olivicultores.

4) Riesgo importante en la cadena de valor del aceite de oliva, al producirse una reducción de los precios en orígen del 62%, pasando a pagar unos precios máximos de 4300€/Tn en la campaña 2005/2006 con una producción de 827.000 Tn, a una cosecha record de 1,6 millones de Tn, se han pagado 1664€/Tn, situación que los almacenamientos privados auspiciados por la UE no han logrado sostener. Actualmente, debido a una mala cosecha de producción, reducción de un 80% de media, se ha repuntado a 2800€/Tn, aunque podemos augurar que es una subida temporal que en abril, tendrá un descenso brusco, dado que es un mercado muy miedoso y volátil, muy sensible a los acontecimientos metereológicos y de diversa índole.

5) La mayoritaria estructura minifundista, con superficies olivareras en torno a 1 Ha, que hacen inviable cualquier tipo de inversión y modernización, pues como mínimo deberían ser en torno a 4-5 Has. A esto se une el componente emocional de arraigo familiar, donde muchas explotaciones se mantienen desde un punto de vista sentimental de herencia familiar y no desde un punto de vista profesional hacia una necesaria rentabilidad económica.

6) Atomización de la producción, donde existen 1700 almazaras y donde las cooperativas españolas a duras penas pueden liquidar el aceite a sus socios, que representan un 30% de la producción mundial. Si a esto unimos la falta de gestión profesional por parte de la mayoría de las cooperativas que permitan unas decisiones más ágiles y un mayor traspaso de poder al gerente profesional del sector. Por el lado de la distribución, sin embargo, existe una gran concentración de la Gran Distribución en torno al 60% de las compras, realizado por menos de media docena de empresas, lo que supone un gran poder de negociación e influencia en el precio de compra, por parte de estos últimos agentes.

7) Excesiva banalización como producto gancho del aceite de oliva, por parte de la Gran Distribución, provocado principalmente por la excesiva atomización de la producción, donde conviven 1700 almazaras frente a las marcas blancas de la Gran Distribución que ya concentra el 63% de las ventas y los cinco mayores grupos envasadores acumulan el 30% de las ventas. Sirva como ejemplo, la oferta actual de aceite de oliva en Carrefour, donde al comprar un segunda unidad de Aceite La Masia, con un descuento del 70%, sale a 0,86 €/litro, mientras que el aceite de girasol cuesta 1,16€/litro. Llegamos a la situación donde el precio de mercado real del aceite de oliva es de 3€, por tanto, se vende a un precio muy inferior a su precio de mercado, siendo además inferior a un aceite de calidad sumamente inferior como es el de girasol. Todo ello atenta a las leyes anti-dumping, de vender por debajo de coste, aspecto que en teoría es ilegal en el ámbito comunitario.

Sin pretender ser alarmista, puesto que los datos expuestos son objetivos, existe una tendencia de huida hacia delante, con la búsqueda sin planificación, coordinación y cortoplacista, de nuevos mercados en el exterior,dada la dificultad de vender en el mercado nacional, donde se encuentran con una reducción de los márgenes de exportación, una mayor canibalización y prostitución del sector, vendiendo de cualquier forma, a granel, con marca del distribuidor, sin salir con una marca propia, salvo contadas excepciones como Borges, que supone bajar precios e imposición de contínuas promociones.

No puedo despedirme sin hacer referencia a Deóleo - antigua SOS-, la mayor productora de aceite de oliva mundial y que representa las principales marcas mundiales como Carbonell, Koipe ( en España ), Bertolli, Carapelli y Sasso (Italia), además de ser líder en un mercado tan importante como EEUU, encadena cinco años de fuertes pérdidad en Bolsa - según la Revista Alcuza - en 2008, sus acciones cayeron un 18,5%, en el 2009 un 80,7%, liderando el record negativo de ese año, en el 2010 cayó un 52,5%, en el 2011 lo hizo un 58,7%. A pesar de la operación de entrada de la cooperativa Hojiblanca, que representa un 9,63% de su capital, sus acciones han caído un 5,8% en el acumulando en el año 2012 una caída anual del 24,4%, mientras que el Ibex35 han caído tres veces menos. Todo ello representa, una caida de acción desde los 20 € a los escasamente 30 céntimos de euro.Además, se ha producido una descapitalización, con la venta del 50% de su división de aceites de semillas a la portuguesa Sovena, proveedor del aceite de oliva a Mercadona, además de su línea de aceite de oliva, donde envasa Koipe. A pesar de su aumento de sus beneficios y mejora de los márgenes, existe una fuerte caída de la ventas en los nueve primeros meses del 2012, del 12,9%. Actualmente Existe un enorme lastre de la deuda financiera - que a pesar de reducirse con grandes operaciones como las de Proyeco Tierra, Cuétara, arroz SOS o aceitunas Acyco, se mantiene y se espera cerrar el año en 620 millones de euros.
Dicha empresa, de capital español aunque gran parte de sus socios - entidades financieras - con escasa experiencia del sector, líder del sector del aceite de oliva, refleja la situación dramática que atraviesa el sector, que provoca situaciones como la que se comenta de Cargill, líder mundial en aceites de semilla, en su intento de introducirse en el sector del aceite de oliva español, huya despavorida ante el conocimiento de la situación del sector.

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